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Mientras los espacios digitales aumentan a un ritmo imparable, se agudiza la deflación de valores humanos. La tecnología y lo humano pueden convivir, pero también podrían aniquilarse si los oligopolios responden a hombres “que no pelean con sus manos, no poseen plan alguno, no los enhebra un ideal, no los aglutina una mística”. Leer más