Viviendo al otro lado del río: el clamor por seguridad y urbanización en el Camino de la Costa

Vecinos del Camino de la Costa en Gualeguaychú denuncian una ola de robos y una alarmante falta de presencia estatal. "Somos un barrio de los luchos", asegura Celso Salvia, vicepresidente de la comisión vecinal, quien revela que la falta de urbanización y la lentitud de la justicia son un caldo de cultivo para la delincuencia.

El Camino de la Costa, una zona de Gualeguaychú caracterizada por su belleza natural y su creciente desarrollo, se encuentra sumido en una profunda preocupación. Los robos reiterados a viviendas y construcciones se han convertido en una constante, afectando tanto a residentes permanentes como a propietarios de casas de veraneo. En diálogo con Celso Salvia, vicepresidente de la comisión vecinal, expone la cruda realidad que enfrentan a diario, en lo que describe como un "barrio" al que las autoridades parecen no prestarle la atención necesaria.

 

La inseguridad, un problema sin freno

Salvia describe la situación como un ciclo frustrante. Si bien reconoce que la policía atiende los llamados y hace su trabajo, la verdadera falla, según su análisis, reside en un sistema judicial que no retiene a los delincuentes. "Saben que hacen este hecho y si la policía los agarra, entran y en menos de 24  horas, lo liberan", explica con impotencia. Este patrón de "puerta giratoria" genera un sentimiento de desamparo y desincentiva a muchos vecinos a denunciar, a pesar de que la comisión insiste en la importancia de hacerlo para tener un registro oficial de la problemática.

Los robos no discriminan. Van desde la sustracción de materiales de construcción como arena y cemento en obras nuevas, hasta el hurto de bombas sumergibles, puertas y pertenencias completas dentro de casas ya habitadas. Salvia señala que, si bien no pueden identificar a los responsables de forma concluyente, es habitual ver a "gente que circula en la zona" de manera sospechosa, que luego son reconocidos en las cámaras de seguridad.

 

El Estado, ausente en el desarrollo urbanístico

La falta de seguridad no es el único problema. El Camino de la Costa, a pesar de su crecimiento urbanístico con más de 180 familias que ya viven en la zona, carece de la infraestructura básica. "No hay presencia del Estado", afirma Salvia, y detalla los principales reclamos que han hecho a las autoridades:

  • Apertura de calles: Muchas de las vías internas están cerradas o intransitables, lo que dificulta el acceso de patrullas policiales o cualquier otro servicio de emergencia. Esta situación es bien conocida por los delincuentes, quienes la utilizan a su favor. La comisión ha pedido la apertura de la "calle 20" tanto al actual intendente como al anterior, pero las promesas nunca se concretaron.
  • Iluminación: La falta de luminarias en la zona es otro factor que facilita la actividad delictiva, especialmente durante la noche.
  • Garita policial sin uso: Salvia comenta la ironía de contar con una garita policial en el camino, que permanece desocupada por falta de personal, un recurso que podría ser clave para la prevención.

 

Más allá de la pérdida material: el costo emocional

El impacto de la inseguridad va más allá de lo económico. Salvia subraya el daño psicológico que sufren los vecinos: "el vecino queda frustrado, queda dolido, queda con miedo". Este sentimiento de vulnerabilidad, de ver su hogar y su inversión convertidos en un blanco fácil, es una de las consecuencias más dolorosas de la situación. La lucha vecinal continúa, buscando que el crecimiento de la zona sea acompañado por las mejoras urbanísticas y la seguridad que merecen quienes han apostado por vivir en este "barrio de los luchos", como lo define su vicepresidente.

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